En este centro existe una familia preciosa formada por los niñ@s y sus dulces profesores, cada vez que vemos las fotos de nuestras sesiones, más ganas nos entran de volver a ir a los colegios. Nos llevamos tantas sonrisas, abrazos y cariño, que todo el cansancio con el que terminamos resulta insignificante.
Y siempre viene ocurriendo lo mismo, que aunque al principio se muestran algo temerosos a la hora de acariciar a algunos de nuestros co-terapeutas, luego no damos abasto para llenar tantos brazos pidiendo amor de nuestros animales.