Jason McElwain, autista y jugador de baloncesto

Jason McElwain

La vida de Jason McElwain ha sido un reto constante. No comenzó a hablar hasta los cinco años y no puede entender el lenguaje corporal entre otros muchos problemas, así que lo suyo ha sido una historia de superación. Sólo hay una cosa que nunca cambió: su pasión por el baloncesto. Esa ilusión desmesurada hacia el deporte rey en Estados Unidos le llevó a apuntarse al equipo del instituto al que iba en Rochester, Nueva York, su barrio natal. Durante tres años no jugó un minuto, pero tampoco llegó tarde a un solo entrenamiento. No estaba en la cancha, pero era una pieza fundamental para sus compañeros. Repartía agua, animaba, apuntaba datos… hacía equipo sin importarle como, cuando ni donde llegaría su momento.

 Y ese día llegó.

Fue el 15 de febrero de 2006, los Trojans jugaban el último partido de la temporada. El encuentro transcurría tranquilo a su favor y el entrenador quiso darle un premio a Jason a falta de cuatro minutos. El equipo ganaba de 20, pero para Jason no existía un marcador. Lo que había delante no era un simple debut ni una recompensa, sino el sueño de toda una vida. Cualquiera se hubiese conformado con salir al campo, pero él no.

 Cómo hacer algo grande cuando tu equipo gana de 20 a falta de cuatro minutos? Sólo cabe un imposible, pero es que la vida de J-Mac, como le llamaban sus compañeros, estaba basada en conseguir imposibles.

Su primer intento lo falló, y el segundo, también. Pero a la tercera… ¡ay! amigo, a la tercera, triple limpio para deleite de una grada entregada a sus primeros puntos de la temporada. ¿Y a la siguiente? Otro. ¿Y a la siguiente? Otro. ¿Y a la siguiente? ¡Otro! Y así hasta seis, que sumados a una canasta de dos le dieron el récord de su instituto: ¡20 puntos en cuatro minutos! Ni que decir tiene que sus compañeros y toda la grada saltaron a la pista para felicitarle como si hubiesen ganado el anillo de la NBA.

Jason salió a hombros, como un héroe. Su sueño se había hecho realidad. Se lo había ganado y merecía disfrutarlo. Y lo que vino después os lo podéis imaginar: Oprah Winfrey, Larry King, George Bush, Kobe Bryant, Magic Johnson… todos querían conocerle. Incluso recibió, con todo merecimiento, el premio al mejor momento deportivo del año de la ESPN.

 De un día para otro, Jason se había convertido en una celebridad. Todos querían saber más sobre él y fue ahí cuando se planteó su siguiente reto: un libro. The game of my life (El juego de mi vida) que vio la luz en febrero de 2008.

 ¿Y qué es de su vida ahora? Estos últimos años, J-Mac ha compatibilizado sus estudios con un trabajo en un supermercado. De hecho, ha tenido que firmar un autógrafo a más de un cliente que le ha reconocido. Pero su vida se basa sobre todo en ayudar a los demás, ya que ayuda a una asociación a recaudar fondos para la investigación del autismo.

Para mí, lo más importante no fue solo que Jason metiese seis triples y protagonizase un día inolvidable, sino que con su historia llenó de esperanza miles de hogares en los que viven niños tan especiales como él.

En este conmovedor vídeo se puede ver su actuación en el partido y la reacción de la gente.