La vaca de grandes ojos tristes

La vaca de grandes ojos tristes

Para un matarife de Hong Kong era un día más, un día bastante normal, hasta que delante de él la vaca que estaba a punto de sacrificar cayó al suelo sobre sus patas delanteras. De sus grandes ojos comenzaron a fluir lágrimas. 

Cuando vio que el animal se había puesto a llorar de tristeza y solo había miedo en sus ojos, el carnicero comenzó a temblar y llamó al resto de matarifes que quedaron tan sorprendidos como él. Empezaron a empujar y tirar del animal, pero no quiso moverse. Se quedó sentada y llorando. A los hombres se les pusieron los pelos de punta. El animal estaba  reaccionando como un ser humano. Entonces, se miraron unos a otros, sabiendo que ninguno de ellos sería capaz de matarla.

Después de largas discusiones se decidió recoger el dinero necesario para enviar al animal, para toda la vida, a un templo budista, cuyos sacerdotes respetan la vida de los animales.

Los hombres no fueron capaces de mover a la vaca de allí hasta que prometieron que no la matarían. Después de estas palabras, el animal se levantó y se fue con ellos.

Puede usted creer o no esta historia, pero esta es la verdad, aunque parezca extraño. Parecía que este gran animal había entendido cada una de las palabras que ellos habían pronunciado.

Para algunos empleados del matadero este incidente fue demasiado… Tres de ellos, inmediatamente después de presenciar esta escena, se dieron de baja. Dijeron que nunca más serían capaces de matar a un animal porque siempre recordarían esa vaca y cómo sus lágrimas corrían por su cara, desde esos grandes ojos tristes.