- En jóvenes con limitaciones físicas, los animales pueden servirles de estímulo para su rehabilitación, como motivación para las distintas modalidades de tratamientos. Un niñ@ con parálisis cerebral que debe realizar ejercicios físicos de rehabilitación los hace encantado cuando participa un perro.
- Potencia la autoestima y previene el aislamiento. Los niñ@s que padecen enfermedades mentales o baja autoestima tienden a centrarse en sí mismos. Las interacciones con animales les pueden ayudar a centrarse más en su entorno. Más que pensar y hablar sobre sí mismos y sus problemas, pueden mirar a los animales y hablar acerca de ellos, (Tucker, 2004).
- Reducen la sensación de soledad.
- El animal se convierte en un punto focal para trastornos por déficit de atención. Una de las dificultades más notables en niños con este tipo de trastorno es la imposibilidad de concentrarse, entonces los animales sirven como punto de interés. En la medida en que un niñ@ afectado pueda prestar atención a un animal por períodos de tiempo cada vez más largos, podrá generalizar la capacidad de concentración que va adquiriendo a otras áreas de su vida, (Davis, 2002).
- Los animales pueden abrir un cauce de comunicación emocionalmente seguro entre su terapeuta y el paciente. La presencia de los animales puede abrir el camino hacia una resistencia inicial por parte del paciente a iniciar cualquier terapia. Es muy probable que los pacientes proyecten sus sentimientos y experiencias antes hacia un animal que hacia una persona.
- Los animales aceptan a las personas incondicionalmente y sin calificarlas o etiquetarlas, no les importa el aspecto físico, raza o historia personal, la aceptación por parte de un animal no admite ningún tipo de juicio y es total. Por ello aumentará la autoestima del paciente, al sentirse competente para amar y ser amados. Muchos niñ@s y adolescentes, por diversos motivos, se han sentido rechazados y la aceptación por parte de los animales les supone una valiosa validación personal.
- En toda la literatura relacionada con la terapia asistida con animales, hay testimonios de los efectos positivos sobre la mejora del estado de ánimo.
- Antídoto para la depresión, (Davis, 2002).
- Disminuyen los niveles de ansiedad, estrés y agresividad.
- Fomenta la ilusión promovido por lo novedoso de la terapia animal.
- Existen estudios que demuestran que los jóvenes de hogares donde hay animales que son considerados uno más de la familia, desarrollan una mayor capacidad de empatía, (Tucker, 2004). La mayoría de las personas se identifican con los animales y especialmente los niñ@s. Es más fácil enseñar a un niñ@ a sentir empatía por un animal que por un humano, esto se debe a que es más fácil determinar los sentimientos de un animal a través del lenguaje de su cuerpo que el de una persona.
- Se produce una mayor estimulación mental, como consecuencia de las oportunidades que los animales proporcionan para comunicarse con otras personas, evocando recuerdos del pasado y a la vez como entretenimiento mental.
- En situaciones tristes, la presencia de un animal sirve para alegrar el ambiente, aumentar la diversión, la risa y el juego. Estas distracciones positivas pueden ayudar a disminuir las sensaciones de aislamiento, (Tucker, 2004).