- Facilitan la interacción con otras personas, estimulan el diálogo, desarrollan hábitos de autonomía hacia el cuidado de los animales, trabaja la comunicación y la intención comunicativa, desarrolla la capacidad de imitación, fomenta el respeto y cuidado hacia los demás. Los animales fomentan el contacto social, sirven de tema de conversación y facilitan las relaciones interpersonales, (Davis, 2002).
- A través de la interacción con los animales, todos los participantes, aprenden a ser más tolerantes con ellos, con los demás y con ellos mismos, por lo tanto se inspira mayor respeto hacia todos los seres vivos y se potencian las relaciones interpersonales saludables.
- Promueven el crecimiento y desarrollo de un ser vivo. Muchos niñ@s y adolescentes de riesgo no han aprendido esta capacidad en sus familias de origen. Cuidar a un animal y observar cómo se desarrolla, es un refuerzo potente para la autoestima y fomenta el desarrollo de hábitos y actitudes de responsabilidad, aprendizaje y enriquecimiento emocional mediante el contacto con los animales.
- En los jóvenes con retraso mental o problemas para comunicarse se ha observado un aumento del vocabulario oral comprensible, en la comunicación gestual y en la motivación general.
- Mejora la memoria y el conocimiento de conceptos tales como tamaño, color, etc.